Papi hace mucho no pasa el tiempo en casa. Está todo el tiempo trabajando, y se pierde los momentos familiares, que son los más importantes. Ya no juega con ella, porque el poquito tiempo que está en casa lo usa para arreglar cuentas del trabajo. Y cuando no está con el trabajo, descansa, porque su cuerpito, aunque sea grande y fuerte, ya no da abasto para tantas horas de trabajo. Ella lo entiende, porque mami ya le explicó que él lo hace por ellas, para que puedan comer todos los días, para que ella tenga los juguetes que ve en la tele, y sus compañeritos tienen a montones. Para que pueda ir a la escuela y aprender. Y cuando crezca, pueda ser la mejor veterinaria de la ciudad.
Es por eso que idolatra tanto a su papá. Ve todo lo que se esfuerza, y su corazón está triste, pero lo quiere tanto por hacer lo que hace por ella. Está decidida de que va a sacar a su familia de ésta, que va a poder llevarlos a Chile, donde tienen parientes, que son miles y ella no conoce personalmente, pero de tantas anécdotas escuchadas los conoce casi por completo. Va a dar todo por ellos, como ellos dieron todo por ella. Está tan agradecida que no sabe cómo hacer para devolverles todo lo que hacen por ella. Pero lo único que ellos esperan de ella, es que sea feliz. Que estudie, que forme una familia, y que no se olvide de ellos. No económicamente, sino que tenga presente su recuerdo.
Es una familia muy precaria, pero tan llena de amor.
Gracias papás por todo el esfuerzo que hacen por darnos todo lo que queremos, porque gracias a ustedes nosotros estamos donde estamos. El trabajador debe ser respetado e idolatrado, ya que es un ejemplo para todo menor.
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